Virevital
martes, 4 de junio de 2013
miércoles, 29 de mayo de 2013
Vida religiosa del s. XV en adelante hasta el concilio Vaticano II
A continuación presento el trabajo realizado por mis compañeros en esta clase de la Historia Vida Religiosa, cuyo fin es retroalimentarnos con los esquemas que cada uno de ellos nos han facilitado.
Hermanos de la vida común... realizado por Didier
Orden de Clérigos Regulares
Teatinos... realizado por Esteban
Barnabitas... realizado por Farud
Somascos... realizado por Edwin
Compañía de Jesús... realizado por José Miguel
Órdenes religiosas al servicio de los enfermos
Hospitalarios de san Juan de Dios... realizado por Ángel
Ministros de los enfermos... realizado por Jorge
Ordenes masculinas de la enseñanza
Escolapios... realizado por Astorga
Trapenses... realizado por Arquimedis
Concilio de Trento- Teresiana... realizado por José Miguel Martins
Sociedades de Vida apostólica... realizado por Romaldo
Congregaciones Religiosas de votos simples... realizado por Juan Pablo
Vida religiosa en el concilio Vaticano II... realizado por Jesús
Hermanos de la vida común... realizado por Didier
Orden de Clérigos Regulares
Teatinos... realizado por Esteban
Barnabitas... realizado por Farud
Somascos... realizado por Edwin
Compañía de Jesús... realizado por José Miguel
Órdenes religiosas al servicio de los enfermos
Hospitalarios de san Juan de Dios... realizado por Ángel
Ministros de los enfermos... realizado por Jorge
Ordenes masculinas de la enseñanza
Escolapios... realizado por Astorga
Trapenses... realizado por Arquimedis
Concilio de Trento- Teresiana... realizado por José Miguel Martins
Sociedades de Vida apostólica... realizado por Romaldo
Congregaciones Religiosas de votos simples... realizado por Juan Pablo
Vida religiosa en el concilio Vaticano II... realizado por Jesús
domingo, 26 de mayo de 2013
Monaquismo y Monacato
Monaquismo: es el estado de vida de todos los que dejan el mundo para entregarse totalmente a Dios. Ésta toma dos sentidos en su vida; la vida solitaria (eremitas o anacoretas) o la vida en común (cenobitas).
Monacato: es la adopción de una vida más o menos ascético dedicado a una religión y sujeto a unas reglas en común. Y es que el monacato es un hecho antropológico. pero también debemos entender qué es el ascetismo, es decir, éste consiste en practicar la abnegación y de renuncia frente a los planes del mundo con el fin de alcanzar el más alto grado de espiritualidad intelectual e integral. además el ascetismo es un hecho individual no comunitario, sin embargo, algunos se ayudan de otros para lograr alcanzar la plenitud espiritual.
Monacato: es la adopción de una vida más o menos ascético dedicado a una religión y sujeto a unas reglas en común. Y es que el monacato es un hecho antropológico. pero también debemos entender qué es el ascetismo, es decir, éste consiste en practicar la abnegación y de renuncia frente a los planes del mundo con el fin de alcanzar el más alto grado de espiritualidad intelectual e integral. además el ascetismo es un hecho individual no comunitario, sin embargo, algunos se ayudan de otros para lograr alcanzar la plenitud espiritual.
El monacato fenómeno universal
Entonces el anacoreta es aquel que se retira del mundo para vivir en oración y penitencia.
El eremita aquel que se aleja del mundo e inicia su vida en el desierto.
El cenobita es aquel que comparte su vida en comunidad, esta vida lleva una organización frente a una comunidad.
El eremita aquel que se aleja del mundo e inicia su vida en el desierto.
El cenobita es aquel que comparte su vida en comunidad, esta vida lleva una organización frente a una comunidad.
miércoles, 8 de mayo de 2013
El Cuerpo
EL CUERPO
Carlos María Martini
Traducción de P. Ernesto
Los jóvenes y la castidad. El empeño de vivir la
castidad en la edad juvenil crea
condiciones óptimas para una transparencia interior que permite escuchar, más
allá de cualquier cerrazón y pesadez, la
palabra de Dios y las sugerencias del Espíritu.
Por eso, es casi imposible que
nazca una vocación evangélica allí donde no se ha vivido un sincero esfuerzo de castidad. El joven casto se vuelve obediente a las más
puras inspiraciones y es capaz de decir sí al Señor superando la propia fragilidad e
inercia. La castidad no reprime los
deseos, no los ridiculiza ni los niega. Más bien, los orienta desde el interior y a la vez sostiene el
tentativo del joven de abrirse a un modo diverso y más profundo de mirar y discernir
la realidad. Poco a poco, el joven entiende
que no hay que instrumentalizar la sexualidad y tanto menos, estropearla o
violentarla, sino asumirla a partir del significado al que se abre y que la
atraviesa.
Una propuesta de gran valor. A los jóvenes no les disgusta una valiente propuesta de castidad. Al contrario,
la exigen de sus educadores, aun siendo conscientes de las propias
contradicciones y de los compromisos
fáciles. Los jóvenes y los adolescentes intuyen, tal vez mejor que los adultos,
que está en juego el amor y el uso correcto del inestimable patrimonio de la
sexualidad. Ellos temen agotar los
recursos que la naturaleza les ofrece para ayudarlos a hacer opciones de amor.
El plan de Dios. La educación al significado de
la sexualidad no se reduce a una atención genérica a lo humano y ni siquiera a
resultados de las ciencias humanas, sino
que se extiende al plan de Dios. Esto porque el cuerpo es morada de Dios, el
lugar de su manifestación, la expresión visible del misterio de la Trinidad
invisible, que es suprema libertad y supremo amor: “No saben que son templos de
Dios y que el Espíritu de Dios mora en ustedes?” (1Co 3,16).
domingo, 24 de febrero de 2013
Un proyecto de vida
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